La convivencia, la diversión, el conocimiento y el desarrollo personal son nuestras señas de identidad desde hace más de cincuenta años.
El entorno de Aragüés del Puerto y Jasa en Huesca, en las bellas montañas del Pirineo, con sus caminos, ríos y praderas, es el inmejorable marco donde desarrollar las capacidades, aptitudes y valores del niño.
La Asociación Cultural Ánade, con sede en Zaragoza, lleva más de 50 años organizando estos campamentos en el Pirineo aragonés, a tan solo unas decenas de metros de la frontera con Francia. Su fundador, Miguel Ángel Albás Mínguez, está al frente de Ánade desde los comienzos.
Situado en un paraje encantador entre las montañas de Aragüés del Puerto y Jasa, el Campamento Ánade posibilita un espacio tanto para el divertimento como para la educación y la formación. Durante el mes de agosto, el campamento está abierto a aquellos estudiantes que requieran hacer un repaso de su curso lectivo.
Para ello, contamos con profesores y supervisores para que el niño aproveche el tiempo, estudie si es necesario y se divierta junto al resto de niños en los tiempos de ocio.
Aragüés del Puerto (Aragüés de lo Puerto en aragonés) es un pequeño pueblo de la provincia de Huesca, España. Está emplazado en la comarca de la Jacetania, en una pequeña depresión, en la estribación del valle de Hecho.
Rodeado de grandes montañas, ríos y una imponente naturaleza, el pueblo se encuentra en la cordillera de los Pirineos, a una altitud de 970 metros sobre el nivel del mar.
La población de Aragüés del Puerto es, a día de hoy, de tan solo 128 habitantes y aunque en los meses de verano aumenta, la localidad conserva el encanto de los pueblos pequeños de alta montaña.
Su visita es obligada. Aragüés es un pueblo típico de montaña, con calles de piedra, empinadas y angostas. Destacan sus caseríos antiguos del siglo XVI. También la iglesia parroquial del siglo XVIII, formada por tres naves y ábsides, y presidida por un retablo mayor de gran valor. Además, conserva numerosas casas representativas de la arquitectura tradicional del Pirineo, que conforman un conjunto de gran atractivo arquitectónico y turístico.
El 5 de agosto se celebran las fiestas del pueblo, que rinden homenaje a su patrona, la Virgen de las Nieves. La Virgen del Rosario es celebrada el primer domingo de octubre.
La carretera que lleva a Aragüés atraviesa hermosos bosques de hayas, pinos y abetos, conocidos como los bosques de Labati, que imprimen un carácter único a la zona con sus colores y aromas de verano.
El otro pueblo destacado de la zona es Jasa, un pueblo también de alta montaña que forma, junto a Aragüés del Puerto, el valle del mismo nombre, el valle de Aragüés del Puerto-Jasa. Las dos localidades están separadas por tan solo un par de kilómetros de distancia.
En los alrededores de Jasa y Aragüés hay grandes formaciones montañosas con sus correspondientes depresiones, como el pico Bisaurín, de 2.669 metros de altura, el valle de los Sarrios o el ibón de Estanés, muy cerca de la frontera con Francia. Otro de los lugares a conocer es el barranco de La Boca del Infierno, adonde llegan decenas de aventureros a deslizarse en sus kayaks.
Durante su estancia en Campamentos Ánade, los chicos tendrán la posibilidad de conocer Aragüés y Jasa, así como otros muchos lugares encantadores de la zona.
Como dos centinelas, estos dos municipios se alzan celosos de su misión de guardar a un montón de chicas y chicos que, año tras año, acampan en su territorio los pueblos de Jasa y Aragüés del Puerto. Dos pueblos típicos de nuestro Pirineo aragonés que han elevado la tradicional hospitalidad aragonesa a rango de entrañable y, ya vieja, amistad.
Hoy, jefes y muchachos del Campamento de Ánade, y otros muchos que hace ya algunos años asistieron al mismo, se consideran (algunos lo son por derecho de matrimonio y vecindad) como pertenecientes a estos pueblos vecinos, y miran como algo propio a ese montón de chavales que con su alegría y actividades llenan de vida y juventud el valle.
Son como savia nueva que alienta la esperanza de futuro de unos pueblos que, como tantos otros de nuestro Pirineo, habían empezado a perderla. La recia amistad ofrecida por los hombres y mujeres de estos pueblos al Campamento de Ánade es la más importante razón de ese bienestar que se respira entre todos y que hace exclamar a chicos y mayores, cuando entrados en el valle divisan ambos pueblos: ¡Muchachos: Aragüés, Jasa; estamos en casa! (…)
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